No sienta que es el final,
no toda historia termina así,
no se concentre en el camino,
y sus obstáculos,
es mejor ignorarlo y saber apreciarlo,
darse cuenta, que
al final de él,
esta lo que tanto ha anhelado.
Son inmensurables,
los soles,
las lunas,
las auroras,
que inefablemente,
aun,
no llegan a un fin.
Respira,
sécate esas lagrimas chiquilla,
no te quedes a la espera,
de aquella ola que no llega,
acércate a ella,
encuéntrala,
y mátala.
Permite la proliferación de ti,
algo efímera,
algo inoída,
y deja que inunde el cuarto,
que ahogue todo a su paso,
porque es usted,
la que todo lo logra,
la dueña de su infierno en invierno...
permítale al infantilismo,
aumentar sus sueños,
pero jamás deje que la isolofobia (miedo a la soledad)
los aplaque,
porque su brillo lunar,
alumbra,
mi oscuridad.
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