Siempre,
el maldito equívoco pensamiento
de pensar en el importar,
en la cadena de pétalos podridos,
el camino de espinas venosas,
El desasosiego es mi amigo,
el vacío me acompaña en las buenas y
malas,
cada palmada en mi espalda;
llega hasta el órgano ubicado en la
parte izquierda central de mi pecho
que desperdicio,
que atrofiado el cuerpo humano.
El frío me quema por fuera
y por dentro me carcome el alma,
desdicha misma,
con la que se vive, desvive y vuelve a soñar.
Que puta que es,
me invente una vida que no era mía,
viví en una añoranza,
por miedo a la ignorancia y soledad,
no era yo,
no soy yo,
repito; ¡¿quién soy?!.
Quiero vomitar amor
y llorar desamor,
deshacer toda palabra acertada,
pero en tiempos de cólera.
Mientras más lo pienso,
mas me rompe,
ya me tiemblan los huesos,
el frío de la soledad me abraza
y me susurra al oído;
"tranquila,
yo siempre estaré aquí"
el muy desgraciado es crudo,
y probablemente sea el escribiendo,
pero tiene razón,
el es mi caparazón,
mi aura incolora.
La mierda verbal se incorpora,
la luna se oculta,
el sol se asoma,
otra noche que se perdió en una aurora.
Eva
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