Deja,
suelta,
termíname de
matar.
El
consumismo sentimental,
acaba conmigo,
como un caníbal
a su “amigo”,
¿Quién es usted?
¿Cuándo llego?
Se volvió mi
Karma,
en llamas.
No quiero
que se quede,
pero tampoco,
quiero que
se vaya.
Creo que no
logra entender,
lo que
siento yo por usted.
Soy el arma
que usted posee,
y usted el gatillo en un intento de asesino
indefinido.
Para el desasosiego,
soy un Pinocchio,
y él, es el malabarista….
Un circo de
monstruos,
me rodea…
….miento,
son espejos,
se refleja en ellos, un yo monstruo envuelto.
Caigo en
este; limbo, precipicio, acantilado de emociones y pensamientos,
que no me
dan aliento,
es el
tormento,
el que está
al otro lado de la cama; con los ojos
bien abiertos,
alimentándose,
de mi
sufrimiento.
Usted es mi
rosa negra favorita
y una de sus
espinas,
me pincho,
el veneno
brota por mis ojos,
arde,
quema,
ya de tanto
tiempo adentro.
La única luz
que me permite,
seguir escribiendo,
se esta consumiendo,
se acaba su
brillo,
dejando,
el silencio
ausente,
presente.
Que se me
caigan los dedos, si miento en los anteriores verbos,
no me
desentienda,
entenderé,
si no me entiende,
tan solo déjeme sufrir
brevemente
y no de por
vida, como lo haría un humano corriente.
Eva
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