La ansiedad, me consume.

Salí del instituto,
lluvia cayendo, trafico, luz verde, el suelo empapado y con una música de fondo que no era mía, era mas bien ruido, fue ahí, en ese exacto momento con mis ansias de sentir el humo en mis pulmones y la nicotina recorrer mis venas, lo entendí. 

Recordé esa palabra "cambiante" y comprendí que siempre estuvo en lo correcto.
"Por fin" pensé.

Otro capitulo de este libro que logre comprender, ahora que tengo el humo en mi sistema, logré describir ese momento, la tinta chorrea, pero no hay problema, tengo la certeza de algo que agobiaba mi cabeza. Cada gota que seducía la ventana de aquel auto, era un pensamiento que se derramaba, y se esfumaba al tocar el negro asfalto, mi ansiedad aumentaba, pero había mucha gente para hacer lo que tanto anhelaba, así que tome un bocado... comida... lo que menos quería. 

Llegaron a recogerme, segundos antes tenia aquello en mi mano, listo para prender llamas y calmar mis ansias, pero no podía desatar anarquía en aquella lluviosa esquina, o al menos no todavía. En el carro iba celebrando, iba disfrutando ese gran logro, mientras mi "modo automático" estaba encendido y respondía las preguntas que el conductor hacia, se detuvo por un segundo y en el fondo logre escuchar las palabras "quédate aquí, ya regreso" así que volví, pero seguí pensando en lo excitante que fue obtener la respuesta en tan solo ese pequeño, ruidoso y lluvioso instante. 
Ella tenia razón,
en poco tiempo,
muchos momentos,
algunos besos, 
y después de tantas colillas, 

                                  

                     ella supo quien era yo, 

                        ella siempre tuvo la razón.