Luto en la Mañana.

29 de Julio 2017

8:00am - Me levanto, voy al baño, y me quedo fijamente mirando al espejo. ¿Qué veo? Veo una chama de 20 años que se levanta todos los días y se prepara a trabajar, para hacer un par de dólares y así poder  pagar la renta, gasolina y hacer mercado. ¿Que siento? Siento tristeza al ver las ojeras que tiene... Todavía no entraré en detalles de por qué. Esos son los primeros diez minutos de mi día. Reviso el teléfono, me meto en twitter para revisar las noticias sobre Venezuela. No muy buenas...

   

     10:00am - Ya lista y vestida para ir al trabajo, voy a la cocina en espera de comer algo. Luego me doy cuenta que no tengo apetito y solo lleno mi termo de agua con un poco de hielo. En el camino al trabajo escucho la radio, una que otra canción que esté de moda y cuando caen comerciales cambio la estación para encontrar otra donde estén poniendo música. Cuando llego a la primer luz roja, reviso mi teléfono otra vez y en el grupo familiar cuentan que mi primo salió de la casa desde las 6am a buscar comida y estas son las horas y no ha llamado para avisar que todo está bien (no tiene teléfono porque se lo robaron hace meses). Llego al trabajo y me empieza a dar hambre pero tengo que continuar trabajando hasta que sea mi hora de descanso.

       4:00pm - A este punto del día las náuseas son abrumadoras pero ya casi es la hora de almorzar. Logro comprarme algo que está en mi presupuesto de $5 dólares y tomo agua como bebida. Reviso el teléfono por tercera vez, encontraron a mi primo estaba en una cola para comprar harina a precio regulado y al final de la cola, como siempre no había nada. Duró más de diez horas en cola, almorzó con dos empanadas para no lograr conseguir nada. Pero estaba bien, estaba vivo y eso era lo más importante al final del día. Yo termino de comer, me levanto y sigo trabajando. Intentando sonreír, intentando no dejar que mi vida personal afecte mi desempeño laboral.

       9:00pm - Los últimos minutos ya se basan en limpieza y cerrar el local. Mapeando y pensando en ¿cuál será la próxima noticia?… esperando que todos estén bien y que nadie esté herido, o peor aún muerto.

      10:00pm - Salgo del trabajo, me monto en el carro y reviso el teléfono... Atacaron a unos familiares, les cayeron a tiros pero "por suerte" les dieron al carro y los vecinos salieron a ayudar y no hubo heridos. La desesperación y frustración comienzan a sentirse en el estómago, el sudor empieza a bajar y el corazón acelerado se siente como si un infarto se estuviera propagando. Tengo que llegar a casa primero me dije a mi misma... 25 min manejando intentado que las lágrimas no se conviertan en un obstáculo para poder llegar a casa a salvo. Una vez estacionada, me secó las lágrimas para que mi compañero de casa no se de cuenta de que he estado llorando, por suerte él estaba en la sala viendo televisión y no me vio. Sigo caminando hacia mi cuarto y finalmente mis papas me dicen que ellos están bien, que hubo un ataque donde nosotros vivimos pero que lograron "mantener la situación bajo control y los colectivos se fueron" me quedo dormida con el teléfono en la mano como el que espera una de esas llamadas que nunca quiere recibir, pero que está preparado para recibirla en cualquier momento porque su familia vive en Venezuela.

30 de Julio de 2017

8:00am - Me levanto, voy al baño, y me quedo fijamente mirando al espejo. ¿Qué veo? Veo una chama de 20 años que se levanta todos los días y se prepara a trabajar,para hacer un par de dólares y así poder pagar la renta, gasolina y hacer mercado. ¿Que siento? Siento tristeza al ver las ojeras que tiene. ¿La razón? Su familia está en peligro y no puede hacer nada para cambiarlo, su país se está muriendo y no puede hacer nada para cambiarlo, si hace 18 años las elecciones hubiesen sido diferente la juventud de Venezuela no se estuviera muriendo pero ella no puede hacer nada para cambiarlo. Esos son los primeros diez minutos de mi día. Reviso el teléfono, me meto en twitter para revisar las noticias sobre Venezuela. No muy buenas ya van 2 muertos en Táchira de donde yo soy, si soy gocha. (y una muy orgullosa).

       10:00am - Ya lista y vestida para ir al trabajo, voy a la cocina en espera de comer algo. Luego me doy cuenta que no tengo apetito y solo lleno mi termo de agua con un poco de hielo. En el camino al trabajo ya hoy no escucho la radio en vez voy en silencio, un silencio en respeto a aquellos que dieron su vida por un país mejor, pero personalmente pienso que no lo debieron de haber hecho. Sus vidas valen, bueno... valían mucho más que ese país que ya no existe. Bueno, como escuche por ahí "ese espacio territorial llamado Venezuela" eso es... Solo un espacio territorial lleno de gente hermosa pero gobernado por basuras. Cuando llego a la primer luz roja, reviso mi teléfono otra vez y en el grupo familiar cuentan que hay mucha represión. En la Av 19 de Abril a nivel del Ciclo Básico Táchira se escuchan muchos tiros. Yo entro en pánico y otra vez ese dolor en el pecho llega... ¿por qué? Porque mi casa queda enfrente, mis papas viven ahí, mi hermana está ahí. Inmediatamente la luz cambia a verde y no puedo escribirles a mis papas si no hasta llegar al trabajo al cual ya voy tarde. Logro escribirles a mis papas antes de entrar al trabajo. Ahora con la frustración e intriga ya el hambre no es el primordial causante de mi dolor estomacal y náuseas. Miro el reloj 3:45pm... Ya casi.

       4:00pm - Tomo un agua y me siento a revisar el teléfono, van 7 muertos, mi tía no tiene luz en la castellana y mis papas no han respondido a mi mensaje. MIERDA! Pienso inmediatamente. Cuando reviso los grupos, veo que mi papá mandó una nota de voz diciendo algo sobre los votos y como Lucena dijo algo sobre él 8 millones de votantes... Es decir; pura paja. ¿Lucena cómo podría dar este tipo de información a esta hora? me pregunté yo… antes esperaban hasta las 3am. Resultado #1 ya el primer intento fraudulento de quien sabe cuantos, pensé. Luego recuerdo mis papas, COÑO! Dije en voz alta.  Les escribo por el chat privado y veo que mi papá empieza a mandar una nota de voz... "ahora si!" dije yo.  Cuando me doy cuenta de la hora ya se me había acabado el tiempo y ni siquiera comí nada, en fin no era como que quisiera comer. Me limpio las lágrimas de la cara,  me levanto y sigo trabajando. Intentando sonreír, intentado no dejar que el pensamiento de mi familia en peligro o aún peor... heridos me consuma por dentro, intentando no dejar que mi vida personal afecte mi desempeño laboral.

       9:00pm - Los últimos minutos ya se basan en limpieza y cerrar el local. Mapeando esperando que todos estén bien y que nadie esté herido, o peor aún muerto. Agarró el teléfono e inmediatamente empiezo a escuchar la nota de voz de papa, la cual solo hablaba de cómo todos estaban bien y hubo varios ataques y eso pero nada serio. Que la razón por la cual no me habían respondido antes es porque ellos saben que yo tengo un propósito aquí en los Estados Unidos y no quieren que yo distraiga mis deberes. Al saber que están bien me recorre una sensación de alivio que otra vez me pone el corazón chiquito.

      10:00pm - El regreso a casa es como el de la noche anterior. Honestamente a este punto no se si mis lágrimas son de alegría, de tristeza o de que... Porque son tantas las razones por las que lloro que no se cual que la más dolorosa. La desesperación y frustración comienzan ser los que me acompañan cada noche y aquellos que me hacen olvidar que una vez tuve amigos, que salía y que lloraba de la risa por las estupideces que hablábamos.  

       11:00pm - Una vez estacionada, me seco las lágrimas para que mi compañero de casa no se de cuenta que he estado llorando, por suerte él estaba otra vez en la sala viendo televisión y no me vio. Sigo caminando hacia mi cuarto, sigo recordando lo bonito que todo era antes… antes de que todo se fuera a la mierda en Venezuela. No puedo decir que antes de que Chávez se montara al poder, porque ni siquiera yo había nacido, pero en los primeros años de mi niñez recuerdo muy bien que todo era mucho mejor y las historias de 30 años atrás sonaban mucho mejor que eso. Recordar cómo eran los gritos de mamá cuando no lavaba los platos y los consejos de papá sobre cómo todo debería de funcionar y que era necesario para que Venezuela fuese un mejor país, me vuelven a llevar a ese lugar donde recuerdo que estoy sola en un país completamente alejado del mío y que yo estoy bien y ellos no; me crea un sentimiento de culpa inimaginable para el que no vive algo como esto. Ya después recuerdo a mi hermana de tan solo 9 años y como ella me mandó un mensaje un día diciendo “Eva, sácanos de aquí” y con todo el dolor del mundo tuve que decirle “pronto”. Esos pensamientos se convierten el pan de cada día para un Venezolano o una Venezolana en cualquier parte del mundo… pero esto es lo que nosotros ocultamos a los que todavía siguen luchando en Venezuela. Finalmente les digo a mis papas que llegue a la casa, que me fue bien en el trabajo, que me voy a acostar a dormir porque mañana tengo que levantarme temprano y que estoy bien… pero lo que ellos no saben es que la última fue mentira.

Eva.