Ahora que tengo todo el tiempo del
mundo para mi, todo lo que hago es pensar en usted.
“¿Cómo llegue a estar así?”, me pregunté.
Recuerdo cuando tan solo unos meses atrás, no sentía
nada.
Ni por ti, ni por mi, ni por nada o nadie.
Todo era aire y humo.
Todo era inhalar y exhalar.
El tiempo me consumió, me brindo
una de sus trampas mas rudas llamada "amor".
Ahora soy cautiva de ese sentimiento que llega después
llamado "desamor"...
Es un calabozo oscuro y frio... lleno de una infinita
soledad.
Donde las paredes gritan auxilio al igual que yo, pero
nadie escucha.
Todo peatón solo oye y pasa desapercibido ante mis
gritos de auxilio desde el fondo de aquel castillo.
Donde nunca nadie jamás me va a encontrar. . .
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